No me mal interpreten, no imagino para Rafa un episodio de amor pasajero, no se trata de ese tipo de romance; deseo para "la leyenda" un poema épico-lírico de extensión indefinida, versos octosilábicos y asonancia en los versos pares, que cante de manera oral y anónima las gestas y hazañas del "Cid de Manacor". Algo así como está versión apócrifa del comienzo del romance: "EL Cid pide parias al moro"
"Por las vegas de Mallorca
iba Rafa al mediodía
con su raqueta "Babieca"
que igual que el viento movía..."
La llamada "era de la imagen" y la inmediatez de la noticia nos permite saciarnos, desmenuzar , ampliar y repetir todos los movimientos y gestos, que el deportista hace dentro y fuera de la pista, pero la imagen también los hace planos, unívocos, sin la posibilidad de imaginar, poner colores, olor, contorno y texturas...la tradición oral del romancero nos invita a componer de manera única e irrepetible nuestro héroe de gesta de la "La Chanson de Nadal", de los Amadís de Palma, ó los "Tirant de Roland" (Garrós of course) .