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miércoles, 28 de julio de 2010

PROHIBIDO "PROHIBIR"

Como la canción de Eladia Blázquez, yo también digo: Prohibido prohibir... no me gustan los toros, pero sin negar la mayor - que en el festejo taurino existe un componente de crueldadningún rito, espectáculo ó fiesta, ha generado tanta belleza literaria, plástica y musical como la Tauromaquia.
Cantaban en los pueblos: "Señor alcalde/ señor alcalde
                                          que si no hay toros/tampoco hay baile
                                          tampoco hay baile / tampoco hay misa
                                          porque los mozos no la precisan"
Hasta el baile y la misa, parecían poca cosa al lado de los festejos  taurinos populares (mucho más discutibles estos, que las reglamentadas corridas de toros) y es qué "los cuernos"  dan para mucho: "Anoche soñaba yo/ soñaba una tonteria/ que mi marido era sastre/ y con los cuernos cosía" ...y con los toreros de antaño se formaban hasta gobiernos..."Pondría en Gobernación/ al diminuto "Gallito" / y de jefe de Inspección al simpático "Gordito" / al arrojado "Espartero" de ministro de Ultramar/ y al  valiente "Marinero" para el de Guerra ocupar.." Todas estas coplas y muchas más, las grabé con mi grupo "Raíces.Como muestra les dejó la fotografia de portada del compact, obra de un tal "Goya". Hoy en Cataluña a los toros les han puesto banderillas negras  y  rejón de muerteNo hay bajonazo  porque se ha votado y se ha indultado a todos los cornupetas   que en el mundo son.

1 comentario:

Almanaque dijo...

Pues está bien visto, Mª Luisa.
Aprovecho para traer a colación el comentario que hizo al disco (por cierto, descatalogadísimo y al que habría que recuperar)el catedrático Andrés Amorós:

"La Tauromaquia no se reduce a lo que vemos en las plazas; está enraizada en la cultura popular española. No es raro que el grupo Raíces rescate estos ejemplos de poesía y música tradicional.
Los mozos españoles juegan al toro. Buscan el riesgo, la afirmación de la vida, la suerte o la muerte. Y el pueblo —hombres y mujeres— ha cantado siempre lo que «le sale del corazón».
En estas preciosas canciones, los toros sirven de metáfora de la vida humana: la lista de héroes (todavía pasea por Sevilla uno de ellos, Fuentes Bejarano). La estampa arrogante de Paquiro. La burla de los políticos. La muerte del Espartero...
Sobre todo, claro está, «las cosas del querer»: galanteos, bromas con los cuernos, el amor fatal. En estas fuentes bebió Miguel Hernández: «Y del rostro del beso enamorado / como el toro a tu amor se lo disputo».
Ha cantado siempre canciones toreras el pueblo español: en nuestra piel de toro, en el gran ruedo ibérico."